2 ene 2008

17ª Jornada : Atletico - RCDE 1 - 2

En el Manzanares realizamos una primera media hora primorosa, el equipo saltó al campo muy mentalizado, con intensidad y una disposición táctica perfecta. Frente a uno de los ataques más aclamados de la liga, el Espanyol les ofreció su misma medicina gracias a una presión asfixiante en todo el campo.
Los colchoneros no eran capaces de enlazar tres pases seguidos, tanto Luccin como Raúl García se veían desbordados una y otra vez por la presión de los dos medios blanquiazules: los omnipresentes Ángel y Moisés, con lo que el "temido" ataque de los Simao, Forlán, Agüero y Maxi quedaba totalmente aislado del juego. Mientras los pericos se hinchaban a robar balones en zona de tres cuartos y a lanzar peligrosísimos ataques directos, que únicamente eran cortados por unos muy rigurosos fueras de juego. Se mascaba el gol.

Si de algo se tiene que sentir orgulloso Valverde, es del empaque y presencia que el once blanquiazul demuestra en cada uno de sus desplazamientos. Este Espanyol se asemeja a aquel Valencia del Piojo López que causaba pavor en todos los estadios que visitaba. Como aquel, parece que domina la situación con suficiencia y que es consciente que a la mínima que se despiste el rival, no perdona. Aunque si un pero se le puede achacar al equipo, es una falta de instinto asesino para rematar los partidos y el no saber aprovechar los lances favorables del juego.

Pasada la primera media hora de juego, Agüero propinó un puñetazo en la cara ( leve manotazo según la prensa madrileña, je je) a Torrejón justo en frente del árbitro y éste no tuvo otro remedio que expulsarlo. El argentino, pasado de vueltas por no haber rascado bola en todo el partido se autoexpulsó con una jugada absurda e infantil.
Pero lo que en principio era una gran ventaja, se nos volvió en contra. Hizo reaccionar a un hasta ahora aletargado Atleti y además condicionó sobremanera el arbitraje.
Un falta inexistente al borde del área la convirtió con un gran chut Simao por el palo del portero, error sin dudad de Kameni ( nunca a un portero le pueden marcar por su palo más cercano) pero excusable por la formidable parábola que describió el lanzamiento a la escuadra del luso con pasado culé.

Tras el descanso el equipo supo reaccionar y fruto de los insistentes ataques por banda llegó la segunda amarilla para un desbordado Pernía. Quedaba más de media hora y los colchoneros jugaban con 9 jugadores, vamos, que ni a Fernando VII se lo ponían así.
El gol tenía que llegar, era cuestión de tiempo y efectivamente tras un saque de esquina y error garrafal de toda la zaga de Aguirre, Tamudo mandó el balón a la red. No se sabe muy bien, si con el pecho, con la barriga o con los mismísimos. Empate a uno.

Los entrenadores mueven fichas, el mejicano saca dos defensas atléticos para pertrecharse lo máximo posible de las acometidas pericas y Valverde ensancha el campo con la salida de Clemente y se encomienda a los pases imposibles de De la Peña. Forlán como único punta creaba peligro constante y no permitía a la cobertura blanquiazul sumarse con excesos al ataque, pero aun y así la superioridad numérica tenía que ser determinante. Paradójicamente es en estas ocasiones favorables cuando al equipo más le cuesta desenvolverse, ya que no puede explotar su rápido contragolpe y se siente incómodo llevando el peso del partido.

El Pelado lo intentaba una y otra vez sin fortuna, pero no decaía en su empeño, todos sus pases verticales eran cortados o desaprovechados por Tamudo y Cia.
Hasta que a falta de cinco minutos para la finalización del partido llegó uno en profundidad al tiburón Luis García, que no perdonó. Victoria importantísima en casa de uno de nuestros rivales directos en los puestos champions. Terceros y seguimos soñando. The Chaaammmmmpiooonnnnnsssssss liggggggg!!!!


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